Comentario
El ocio en Grecia debía ocupar buena parte de la jornada de los ciudadanos, ya que en la mayoría de las polis estaba mal considerado el trabajo manual. Para estos menesteres disponían de numerosos esclavos y de extranjeros, llamados metecos, que constituían un amplio porcentaje de la población. Acudir a los baños era una actividad frecuente entre los ciudadanos helenos, pues en la mayoría de las casas no había agua corriente, al tiempo que servían como centro de reunión. Estos baños públicos serán numerosos durante el siglo IV a.C. y pasarán más tarde a Roma. También era habitual dar largos paseos, utilizando las stoas, amplios pórticos en ocasiones de dos pisos y dos naves cerrados por un testero, siempre decorados con frescos, mosaicos o cuadros. Recordemos que una escuela filosófica será denominada estoica por reunirse sus discípulos en una stoa. La stoa de Eco en Olimpia tenía doscientos metros de longitud.
Pero la actividad favorita por excelencia entre los ciudadanos será la política. Podemos afirmar que los ciudadanos griegos gozaban de la política, participando activamente en el gobierno de sus polis. No olvidemos que todos los ciudadanos atenienses podían participar en la Asamblea, donde se toman las decisiones más relevantes de la ciudad.
La música y el teatro serán dos de las actividades favoritas para disfrutar del ocio. Existían dos edificios destinados a tal fin, el odeón y el teatro, contando todas las polis con significativos ejemplos. El más importante fue el teatro de Epidauro, excelente por su configuración acústica, ya que desde todos los puntos se alcanza una calidad de sonido difícilmente superable. Al teatro acuden casi todas los grupos sociales, recibiendo los ciudadanos más pobres una subvención para poder adquirir las entradas. Los actores iban cubiertos con máscaras y vestidos con trajes concretos, para que el espectador pudiera identificar claramente a quien representaban.
Los griegos daban mucha importancia al ejercicio físico, siendo una de las actividades educativas más importantes. Los atletas competían en juegos, celebrados en cada una de las polis, aunque existían algunos que tenían carácter supranacional como los Olímpicos o los Píticos, dedicados a Zeus y Apolo respectivamente. Tenían lugar cada cuatro años y durante el tiempo que duraba la celebración existía una tregua panhelénica. Los atletas participaban desnudos en la competición, cubiertos con una capa de aceite que resaltaba la belleza de sus cuerpos, y sólo los hombres tenían acceso a contemplar las pruebas. Durante casi un año se entrenaban en las cercanías del templo de Zeus en Olimpia y los ganadores recibían una rama de olivo como triunfo, aunque obtenían numerosos beneficios a posteriori como exención de impuestos o derecho a manutención gratuita. La gratificación recibida por los vencedores llamó la atención de Herodoto, en el siglo V a.C., quien cuenta cómo el general persa Mardonio se asombró al saber por boca de unos desertores griegos el simbólico premio que recibían los atletas:
"- ¿Qué hacen en este momento los griegos? -preguntó Mardonio.
- Celebran las fiestas de Olimpia. Contemplan las pruebas atléticas y las carreras de carros -respondieron los desertores.
- ¿Y cuál es el premio de estas competiciones?
- Una rama de olivo -respondieron los desertores.
Entonces exclamó uno de los compañeros de Mardonio: .
- ¡Desgraciados de nosotros, Mardonio! ¿Contra qué clase de hombres nos has conducido, que no luchan por oro ni por plata, sino por el honor?"